COLONIAS PENITENCIARIAS MILITARIZADAS DE MONTIJO
Desde ese punto de vista es
comprensible que sea conveniente reconstruir esa historia, recordarla con esa
finalidad…sin embargo a pesar de ello, lamentablemente muchas veces no se hace
ni se afronta con convencimiento de conseguir esos objetivos.
Aquel que no conoce su historia
está condenado a repetirla”, frase conocida y popularizada que algunos
atribuyen a Napoleón Bonaparte y otros sostienen que fue el filósofo español
Jorge Agustín Nicolás Ruiz quien dijo, “aquellos que no recuerdan el pasado
están condenado a repetirlo”.
La frase es conocida en distintos
contextos, entre ellos haciendo referencia incluso a los campos de
concentración nazi de Auschwitz-Polonia.
También es popular el dicho que
tropezar dos veces con la misma piedra, un error que sólo comete el humano, es
decir, que el hombre es el único animal capaz de repetir errores.
Sea como fuere es una convicción
que muchos tenemos que la historia debemos conocerla y las experiencias deben
servirnos para corregir errores, conductas y la praxis tratando siempre de
afrontar el futuro para evitar su repetición.
La Asamblea de Extremadura en el
año 2016 aprobaba en pleno una resolución con los votos a favor de PSOE y
Podemos, y con las abstenciones del PP y Ciudadanos, donde se pedía que fuese
declarado como Bien de Interés Cultural (BIC), los restos y el paraje natural
de las Colonias Penitenciarias de Montijo.
Hasta la fecha todo sigue igual,
nada se ha hecho, nada se hace, las perspectivas son las mismas y así pasan los
años…sólo quedan palabras, palabras y palabras.
Las Colonias Penitenciarias
Militarizadas cada día corren más riesgos de que queden totalmente en ruinas y
desaparezcan. Así ha sucedido en otros lugares de nuestra zona como Torremayor
o Talavera.
Recuperación de la Memoria
Histórica de Extremadura (Armhex) que databa de 2010 y de una moción del Ayuntamiento
de Montijo, cuyo pleno aprobó solicitar esta declaración y la construcción de
un centro de interpretación para que los más jóvenes sepan lo que ocurrió y no
se vuelvan a cometer los mismo errores.
Las Colonias Penitenciarias
Militarizadas es el nombre que recibieron los "campos de
concentración" creados por el régimen franquista en 1939, en los que los
presos políticos realizaron trabajos forzados.
Las instalaciones de Montijo son
"las mejores conservadas (o casi únicas en todo el Estado español)",
pues aún está en pie la que fue la Casa del Comandante del campo y algunos
barracones, si bien las instalaciones se utilizan actualmente para una
explotación agropecuaria "sin la más mínima protección". La
asociación señala que "hace años" desaparecieron otros barracones y
elementos.
En la España franquista
funcionaron multitud de campos de concentración entre 1936 y 1947, algunos con
carácter estable y otros muchos provisionales. Todos ellos estaban coordinados
por el llamado Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas (SCPM) y
formaban parte de los instrumentos de la represión que se utilizaron.
En Montijo se abrieron las
Colonias Penitenciarias Militarizadas tras finalizar la Guerra Civil a las que
llegaron, entre otros, comunistas de varias regiones.
Estas instalaciones contaron con
unos 1.450 presos republicanos de los que hay constancia, con nombres y
apellidos, en los archivos públicos.
De ellos, el 20 por ciento fueron
presos extremeños, casi el 30 por ciento procedían de Andalucía, y asimismo
hubo un 12,4 por ciento llegados desde Cataluña, entre otras procedencias.
Estos presos participaron en la construcción de una parte del Canal de Montijo
así como de la presa del mismo nombre.
La Colonia Penitenciaria
Militarizada de Montijo contaba a su vez con varios centros de trabajo
repartidos a lo largo de todo el canal. Por un lado, encontraba el campamento
principal con sede en Montijo y por otro, tenía varios pabellones como el de
Lácara (frente a Torremayor) o el de la Garrovilla.
En el año 1942 se organizaron por parte del PCE en las Colonias Penitenciarias de Montijo las llamadas Célula clandestina dentro del campo de concentración: Marcelino Rodríguez
Requejo, Apolinar Camazón Témez, Mariano Díaz Hidalgo, Manuel Cabañas, Antonio Montes, Demetrio Luengo y otros.
Desde el exterior colaboraban algunos
montijanos como Andrés Almirante, Alfonso Serrano Sánchez o Antonio
Piedehierro; Miguel Barrena Sánchez, antiguo Guardia de Asalto, recaudaba las
cuotas de los afiliados al PCE. Entraban periódicos clandestinos como “Mundo Obrero” y el portugués “O
Seculo”; el distribuidor clandestino de ellos en Montijo era Francisco Delgado.
Por el año 1943 saldrían
progresivamente los presos de las Colonias de Montijo al ir cumpliendo las
penas reducidas por el trabajo esclavo, quedándose a vivir aquí algunos de
ellos porque se casaron con montijanas o no les dejaban volver a su pueblo de
origen. Ellos organizaron la Célula del PCE siendo ayudados por las familias de
los represaliados por el franquismo.