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sábado, 1 de febrero de 2020

COLONIAS PENITENCIARIAS MILITARIZADAS DE MONTIJO.

COLONIAS PENITENCIARIAS MILITARIZADAS DE MONTIJO

Aquel que no conoce su historia está condenado a repetirla”, frase conocida y popularizada que algunos atribuyen a Napoleón Bonaparte y otros sostienen que fue el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz quien dijo, “aquellos que no recuerdan el pasado están condenado a repetirlo”.

La frase es conocida en distintos contextos, entre ellos haciendo referencia incluso a los campos de concentración nazi de Auschwitz-Polonia.

También es popular el dicho que tropezar dos veces con la misma piedra, un error que sólo comete el humano, es decir, que el hombre es el único animal capaz de repetir errores.

Sea como fuere es una convicción que muchos tenemos que la historia debemos conocerla y las experiencias deben servirnos para corregir errores, conductas y la praxis tratando siempre de afrontar el futuro para evitar su repetición.

Desde ese punto de vista es comprensible que sea conveniente reconstruir esa historia, recordarla con esa finalidad…sin embargo a pesar de ello, lamentablemente muchas veces no se hace ni se afronta con convencimiento de conseguir esos objetivos.


La Asamblea de Extremadura en el año 2016 aprobaba en pleno una resolución con los votos a favor de PSOE y Podemos, y con las abstenciones del PP y Ciudadanos, donde se pedía que fuese declarado como Bien de Interés Cultural (BIC), los restos y el paraje natural de las Colonias Penitenciarias de Montijo.

Hasta la fecha todo sigue igual, nada se ha hecho, nada se hace, las perspectivas son las mismas y así pasan los años…sólo quedan palabras, palabras y palabras.


Las Colonias Penitenciarias Militarizadas cada día corren más riesgos de que queden totalmente en ruinas y desaparezcan. Así ha sucedido en otros lugares de nuestra zona como Torremayor o Talavera.

Recuperación de la Memoria Histórica de Extremadura (Armhex) que databa de 2010 y de una moción del Ayuntamiento de Montijo, cuyo pleno aprobó solicitar esta declaración y la construcción de un centro de interpretación para que los más jóvenes sepan lo que ocurrió y no se vuelvan a cometer los mismo errores.



Las Colonias Penitenciarias Militarizadas es el nombre que recibieron los "campos de concentración" creados por el régimen franquista en 1939, en los que los presos políticos realizaron trabajos forzados.

Las instalaciones de Montijo son "las mejores conservadas (o casi únicas en todo el Estado español)", pues aún está en pie la que fue la Casa del Comandante del campo y algunos barracones, si bien las instalaciones se utilizan actualmente para una explotación agropecuaria "sin la más mínima protección". La asociación señala que "hace años" desaparecieron otros barracones y elementos.


En la España franquista funcionaron multitud de campos de concentración entre 1936 y 1947, algunos con carácter estable y otros muchos provisionales. Todos ellos estaban coordinados por el llamado Servicio de Colonias Penitenciarias Militarizadas (SCPM) y formaban parte de los instrumentos de la represión que se utilizaron.


En Montijo se abrieron las Colonias Penitenciarias Militarizadas tras finalizar la Guerra Civil a las que llegaron, entre otros, comunistas de varias regiones.

Estas instalaciones contaron con unos 1.450 presos republicanos de los que hay constancia, con nombres y apellidos, en los archivos públicos.

De ellos, el 20 por ciento fueron presos extremeños, casi el 30 por ciento procedían de Andalucía, y asimismo hubo un 12,4 por ciento llegados desde Cataluña, entre otras procedencias. Estos presos participaron en la construcción de una parte del Canal de Montijo así como de la presa del mismo nombre.


La Colonia Penitenciaria Militarizada de Montijo contaba a su vez con varios centros de trabajo repartidos a lo largo de todo el canal. Por un lado, encontraba el campamento principal con sede en Montijo y por otro, tenía varios pabellones como el de Lácara (frente a Torremayor) o el de la Garrovilla.


En el año 1942 se organizaron por parte del PCE en las Colonias Penitenciarias de Montijo las llamadas Célula clandestina  dentro del campo de concentración: Marcelino Rodríguez Requejo, Apolinar Camazón Témez, Mariano Díaz Hidalgo, Manuel Cabañas,  Antonio Montes,  Demetrio Luengo y otros.

Desde el exterior colaboraban algunos montijanos como Andrés Almirante, Alfonso Serrano Sánchez o Antonio Piedehierro; Miguel Barrena Sánchez, antiguo Guardia de Asalto, recaudaba las cuotas de los afiliados al PCE. Entraban periódicos clandestinos  como “Mundo Obrero” y el portugués “O Seculo”; el distribuidor clandestino de ellos en Montijo era Francisco Delgado.


Por el año 1943 saldrían progresivamente los presos de las Colonias de Montijo al ir cumpliendo las penas reducidas por el trabajo esclavo, quedándose a vivir aquí algunos de ellos porque se casaron con montijanas o no les dejaban volver a su pueblo de origen. Ellos organizaron la Célula del PCE siendo ayudados por las familias de los represaliados por  el franquismo.





























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